lunes, 8 de junio de 2015

Consejos de una Mujer, desde la experiencia: la vida!

“Ya no tengo paciencia para ciertas cosas, pero no es porque me haya vuelto arrogante sino que más bien porque he llegado a un punto en mi vida en el cual ya no quiero seguir gastando más tiempo con las cosas que no me gustan o que me hieren. No tengo paciencia para el cinismo, para la crítica excesiva ni para las demandas de ninguna naturaleza. He perdido las ganas de complacer a quienes no les caigo bien, de amar a quienes no me aman y de sonreír a quienes no quieren sonreírme.
Ya no gasto ni siquiera un minuto en quienes me mienten o intentan manipularme. He decidido no seguir coexistiendo con la pretensión, con la hipocresía, con la deshonestidad y las alabanzas baratas. No tolero la erudición selecta ni la arrogancia académica. Tampoco acepto los chismes.
Odio el conflicto y las comparaciones.
Creo en un mundo de opuestos y esa es la razón por la que evito a las personas que tienen personalidades rígidas e inflexibles. En la amistad no tolero la falta de lealtad y las traiciones. No me llevo bien con quienes no saben cómo darle un cumplido a alguien o como entregar una palabra de aliento. Las exageraciones me aburren y me es difícil aceptar a quienes no aman a los animales.
Y además de todo eso, no tengo paciencia para nadie que no se la merezca“.

(Meryl Streep)


Fuente: Upsocl



viernes, 10 de enero de 2014

Hanami

Hanami (花見, lit. “ver flores”) es la tradición nipona de observar la belleza de las flores, pero por lo general se asocia esta palabra al período en que florecen los cerezos y en el que los japoneses acuden en masa a parques y jardines a contemplar los cerezos en flor.

De finales de Marzo a principios de Abril, los cerezos florecen por todo Japón, de sur a norte acorde a los distintos climas existentes en las diversas regiones. 






A este período, en el que los cerezos florecen, se le llama Hanami, y es anunciado por la oficina de meteorología cada año. Las flores del cerezo suelen caer muy pronto. La flor del sakura es delicada y con el viento enseguida cae. Así, se puede disfrutar de su belleza y al caer en su plenitud, no da tiempo a verla marchitar.
Esto guarda relación con parte del código samurai en Japón. Es más, el emblema de los guerreros samurai era la flor del cerezo. La aspiración de un samurai era morir en su momento de máximo esplendor, en la batalla, y no envejecer y “marchitarse”, como tampoco se marchita la flor del cerezo en el árbol.
En Japón, la flor del cerezo (y, en menor medida, la del ciruelo), tienen un significado importante. Para los samurái, era su ideal: los guerreros esperaban morir mientras mantenían su esplendor, en la batalla, y no envejecer, igual que la flor del cerezo (sakura, en japonés) cae del árbol antes de marchitarse, empujada por el viento. Además, hay una leyenda que cuenta que en un principio, las sakuras sólo eran blancas. Pero el seppuku (suicidio ritual para evitar la deshonra) que un samurái o un miembro de su familia cometía, solía realizarse delante de un cerezo. Por ello, según la historia, las flores del cerezo comenzaron a tornarse rosadas, debido a la sangre que absorbía el árbol.
Existen dos variedades del sakura, una en blanca y otra en un tono rosa pálido. La flor del sakura permanece durante todo el año, excepto en la primavera, recubierta por hojas verdes y oculta hasta esta estación en la que realizan su aparición y redecoran año tras año las calles de Japón con una “vestimenta” blanca/rosa.
La leyenda de la flor de Sakura durante la Era mejí cuenta que, en Japón, era muy común que se fuera a buscar a las casas a los mejores samuráis que había sin importar lo viejos que fueran. Durante años se mantuvo una guerra que se cobró numerosas vidas. En esta época florecían los árboles de Flor de cerezo o flor de ciruelo. Entonces, no era de extrañar que las mujeres casadas con samuráis se quedaran solas, por lo que se estableció una ley en la que se le prohibía a la mujer casada de un samurai en batalla que se viera con otro hombre que no fuera de su familia.
La ley establecía que cualquier mujer sería libre de casarse o juntarse con amigos si ésta probaba que su esposo había muerto en combate. Curiosamente en registros nunca se encontró ninguna mujer ejecutada por esta ley, y sin embargo se encontraron tantas muertas como samuráis de distintas zonas. Ninguna de estas mujeres fue asesinada, ellas mismas lo hacían con el nombre de su esposo muerto en batalla si este era un samurai. Esto siempre lo hacían frente a un árbol de flor de cerezo que con la sangre que absorbía se fue tornando rosada. Siempre que salía un samurai de su casa se sembraba un árbol de Cerezo en su honor o por si llegaba el fatídico momento.


lunes, 16 de diciembre de 2013

La leyenda del Hilo Rojo


Los japoneses tienen la creencia de que las personas predestinadas a conocerse se encuentran unidas por un hilo rojo atado al dedo meñique. Es invisible y permanece atado a estas dos personas a pesar del tiempo, del lugar, de las circunstancias…El hilo puede enredarse o tensarse, pero nunca puede romperse.
Esta leyenda surge cuando se descubre que la arteria ulnar conecta el corazón con el dedo meñique. Al estar unidos por esa arteria se comenzó a decir que los hilos rojos del destino unían los meñiques con los corazones; es decir, simbolizaban el interés compartido y la unión de los sentimientos.

Una leyenda sobre este hilo rojo cuenta que un  anciano que vive en la luna, sale cada noche y busca entre las almas aquellas que están predestinadas a unirse en la tierra, y cuando las encuentra las ata con un hilo rojo para que no se pierdan.

“  Hace mucho tiempo, un emperador  se entero de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa que tenia la capacidad de poder ver el  hilo rojo del destino y la mando traer ante su presencia.
Cuando la bruja llegó, el  emperador le ordeno que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que seria su esposa; la bruja accedió a esta petición y comenzó a seguir y seguir el hilo. Esta búsqueda los llevo hasta un mercado en donde una pobre campesina con una bebe en los brazos ofrecía sus productos.
Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella y la invito a ponerse de pie e hizo que el joven emperador se acercara y le dijo : “Aquí termina tu hilo” , pero al escuchar esto , el  emperador enfureció creyendo que  era una burla de la bruja , empujo a la campesina que aun llevaba a su pequeña bebe en los brazos y la hizo caer haciendo que la bebe se hiciera una gran herida en la frente , ordeno a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la  cabeza.
Muchos años después, llego el momento en que este emperador debía casarse y   su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y  llegó el día de la boda y el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entro al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente.
Al levantarle el velo vio por primera vez que  este hermoso rostro … tenía una cicatriz muy peculiar en la frente. “

~ No creo en leyendas ni supersticiones, pero esta la encontré tan tierna, es que es sobre el amor... ♥